NO TE ENGAÑES...

Eres menos responsable de tus éxitos y de tus fracasos de lo que crees. Así que no te hagas el digno si las cosas te van bien, ni te tortures si las cosas te van mal. Porque la vida rara vez depende de tus decisiones. Es puro azar...


jueves, 15 de septiembre de 2011

Cómo saber si de mayor vas a ser rico…

Hola amigos, antes de emocionaros con el titular de esta entrada solo quiero comentaros que no os flipéis, en los tiempos que corren, con los recortes en subvenciones, pensiones, concesión de hipotecas, créditos y la imposibilidad de vender pisos más caros de lo que nos costaron (la fuente de riqueza real que nos mantuvo engañados en una falsa sensación de opulencia durante tantos años) si ahora mismo no sois ricos, lo que se dice multimillonarios, ya no lo vais a ser…  

Nos espera un futuro económico de mierda, al fin y al cabo el que nos merecemos por basar nuestra economía en el precio inflado de nuestros pisos que nos permitieron hace 10 años poder tener grandes casas, grandes vacaciones, grandes segundas residencias y grandes sensaciones de  “si me va mal vendo el piso y me saco una pasta,  con lo cual voy a pulirme todo lo que tengo”.  Gran  burbuja inmobiliaria que, aunque ahora nos quejemos no sin razón, todos utilizamos y aprovechamos y en ese momento, cuando nos daban por nuestro piso el doble de lo que nos costó, nadie se quejó y sé de muchos que lo aprovecharon….


En fin, hace diez años no había necesidad de ahorrar, porque los bienes inmobiliarios eran una garantía de dinero líquido, rápido, contante y sonante a cambio de esfuerzo cero. Moraleja: aun ganando una mierda, lo mismo que ahora,  nos sentíamos ricos y encima creíamos que teníamos derecho a ello.

Y no solo eso, nuestros padres se habían esforzado por darnos la carrera y el nivel educativo que ellos no tuvieron, por lo que debíamos vivir mejor que ellos para demostrar que había valido la pena su esfuerzo.  Nosotros éramos los hijos de la riqueza y el progreso, no se podía concebir que no tuviéramos un buen puesto, que no viviéramos en una casa estupenda o que no tuviéramos la posibilidad de irnos de viaje siempre que nos placiera para sentir que nuestras ocho horas en una oficina tenían una recompensa traducible en “vivencias y emociones” (que de todos es sabido  que conocer otros mundos te da caché y sensación de que sabes aprovechar la vida….).En conclusión: nos enseñaron a vivir bien y a sentir que era lo normal, lo que siempre había sucedido, lo natural.

 
Pero no me desvío del tema que estáis aquí para saber si de mayor vais a ser ricos.

Independientemente del devenir de nuestra economía, os voy a hacer partícipes de una comprobación que llevo auto- elaborando bastantes años y que os abrirá los ojos respecto a vuestro futuro económico. Sí amigos, dentro de breves minutos sabréis a ciencia cierta si os queda poco para ser ricos o estaréis el resto de vuestra vida haciendo la compra mensual en Mercadona bajo pretexto de la relación calidad/precio (algo indiscutible por otro lado) y eligiendo vuestros destinos de fin de semana en función de las ofertas de Ryanair y no de vuestro deseo real.


Y como sé que habéis vuelto de vacaciones y todos estaréis reestructurando vuestra vida en función de nuevos gastos, nuevos proyectos laborales, y nuevas formas de ahorro os voy a simplificar la vida, porque saber si vas a ser rico o no está escrito y cumple unas sencillas reglas que  en nada tienen que ver con tu inteligencia, tu trabajo, tu nómina o la gestión de tu vida, haciendo gala “asín”, y una vez más,  del leiv motiv de este blog: que en tu vida la mayoría de las cosas que tienes, eres o consigues dependen menos de ti de lo que piensas. Son puro azar…


Mi análisis parte de una ley socio-económica (contrastada y real) que me dejó marcada cuando la leí: durante toda la historia se ha demostrado que solo un 5% de la población logra ascender de clase social respecto a sus padres. El 95% restante reproducirá la clase social de sus padres inevitablemente y haga lo que haga.

Es decir, si tus padres son ricos, da igual que no estudies, que seas un gañán, que te echen de todos los trabajos por inepto…acabarás siendo rico (esto es muy obvio por otro lado). Pero lo interesante viene a continuación: Si tus padres son de clase media da igual que te den estudios, que se hayan sacrificado por darte una carrera y que llegues a jefe de tu empresa…acabarás siendo clase media. Si tus padres son pobres, da igual que consigas un puestazo en PriceWatherhouseCoopers (esque me encanta este nombre), acabarás siendo pobre. Y es que las clases sociales se reproducen y solo tienes un 5% de posibilidades de vivir mejor  de lo que vivieron tus padres, independientemente de tus logros laborales. Está demostrado.

Claro que ahora diréis: pues yo vivo mejor que mis padres, ellos no tuvieron para comer, o, pues yo vivo mejor que mis padres, ellos no tuvieron estudios, o, mis padres nunca salieron de su pueblo, yo he podido ver mundo, vivo mejor que ellos. Aparcad ese pensamiento pecaminoso. Una cosa es la calidad de vida adquirida con el paso de los años (inherente al progreso de la sociedad y el desarrollo tecnológico y social) y otra la clase social a la que pertenezcas, tema que aquí nos ocupa. Además, ¿estáis seguros de que vivimos mejor que nuestros padres? Ellos pudieron sacar adelante a sus hijos (número indeterminado y siempre plural) trabajando solo un miembro de la unidad familiar (o dos siendo este último a modo de apoyo, no de subsistencia).  Sin embargo ahora no solo contentos con trabajar ambos miembros para poder subsistir sin precariedad, hay que calcular a cuántos hijos se puede aspirar, que una mala previsión en este asunto podría suponer una catástrofe económica…

Pero a lo que voy. Está demostrado que estamos condenados a reproducir la clase social de nuestros padres y por mucho que os esforcéis, así será. Os lo voy a demostrar.

Lo primero de todo es identificar ¿qué es ser rico?

Seamos sensatos. Ser rico, en los tiempos que corren, no es otra cosa que tener el dinero suficiente como para no vivir agobiado nunca más a fin de mes y poder comer, viajar, comprar caprichos, y hacer frente a imprevistos... el resto de tu vida. ¿Y cuando se consigue eso? Muy fácil: cuando no tienes que pagar una hipoteca.

Esa es la cruda realidad. Por eso el sueño de todos nosotros es terminar de pagar la hipoteca, para sentirnos libres, porque seamos sinceros, sin una casa que pagar casi podríamos hacer lo que nos diera la gana en la vida.  Porque comer, salir, fumar, beber, viajar es relativamente barato. Todos podríamos hacerlo con un sueldo medio de dependiente del Zara. Lo que nos exige tener un trabajo con cierta enjundia económica es pagar un sitio donde vivir (sea hipoteca o alquiler). De hecho  es posible que tu presupuesto en comer, salir, fumar, beber, viajar (todo junto) sea el mismo o menor que el destinado a pagar una vivienda.

 
Por tanto, ser rico el resto de tu vida es estar libre de hipoteca. Sí amigos, llegados a ese punto, da igual lo que ganes, cuando no tienes que pagar una casa, siempre es suficiente…


La clave es cuándo llegará ese momento… y aquí llega lo interesante del asunto. Si estáis acojonados porque tenéis hipoteca hasta los 70 años, tranquilos. Estadísticamente un tanto por ciento bajísimo de las hipotecas llegan a cumplir sus plazos con el banco. Todas se amortizan con anterioridad a causa de un factor con el que no contáis y es la clave de vuestra economía, aún sin saberlo: las herencias.

¿Sabéis que la mayoría de españoles zanjan su hipoteca alrededor de los 50 años gracias a las herencias recibidas? Es muy muy improbable que llegues a los 70 pagando una hipoteca…a no ser que tus padres sean pobres y no te dejen nada o muy poco…

Por tanto la clase social de nuestros padres, su condición económica, su patrimonio, su potencial herencia, marcará de una manera inconsciente tu forma de vivir la vida y por tanto tu adhesión a uno u otro grupo social, independientemente de lo que ganes.

Ejemplo: Con un mismo sueldo, pongamos un puesto de cargo intermedio de 2500 euros al mes, tres personas se compran la misma casa con una letra mensual de 600 euros. Aparentemente mismo gasto, mismo compromiso económico, misma calidad de vida, misma clase social… ¿¿de verdad?? Pues la realidad dice que no.

El hijo de rico: sus padres le ayudarán con la entrada. Eso es así, siempre se hace y les reducirá sustancialmente la letra y los años a pagar. Ante una mala racha económica el hijo de rico se molesta pero no se preocupa (sabe que sus padres en el fondo le pueden ayudar). Asume, inconscientemente quizás, que la herencia algún día llegará, de modo que no hay una necesidad “fehaciente” de ahorrar. Por tanto todo su sueldo, tras pagar la letra ya reducida de la hipoteca,  puede ir destinado a disfrutar. Mantendrá por tanto un alto nivel de vida. Vida de rico. Conclusión: con un sueldo normalito vive como dios porque no tiene reparo en gastar, tiene el futuro asegurado...

El hijo de clase media: sus padres le regalarán el aire acondicionado y la reforma de la cocina, no más. Ante una mala racha económica le joderá enormemente pero podrá recurrir a sus padres, que tienen poco, pero se lo darán.  Sabe que su herencia será poca, pero la justa para cancelar la hipoteca, aunque sea a los 50, pero llegará… Y a partir de ese día ¡a disfrutar!  Su noción será “ahorro por lo que pueda pasar, pero no como algo vital”. De su sueldo, la mitad irá destinado a disfrutar y la otra mitad a ahorrar. Mantendrá un nivel de vida cómoda pero sin excesos. Vida de clase media. Conclusión: aun con el mismo sueldo que el hijo de rico se verá obligado a “equilibrar” gastos  por lo que pueda pasar, por lo menos hasta que cancele su hipoteca a los 50 que entonces ya sí empezará a ser rico.

El hijo de pobre: se comprará el mismo piso sin ayudas, entradas, avales, ni regalos para mejorar su calidad de vida.  Ante una mala racha económica perderá lo poco que tiene y después se acojonará (no tiene a quién recurrir, nadie le puede ayudar). Sabe que su herencia será poca, nula o deudas, realmente tendrá que hacer frente a su hipoteca hasta el final.  Se verá obligado escatimar todo lo posible porque su futuro es incierto y no se puede permitir desperdiciar. Se pasará toda su vida “angustiado” por lo que pueda pasar… Conclusión: con el mismo sueldo que el hijo de rico, o el de clase media, mantendrá un nivel de vida inferior porque tendrá que limitarse a la hora de gastar…  Pagará su hipoteca hasta el final de sus días, pues antes no la podrá amortizar. Por tanto, aún con el mismo sueldo, será siempre pobre, hasta los 70, a punto de morir, que por fin podrá disfrutar...

Queda demostrado por tanto que con el mismo sueldo tres personas vivirán de forma distinta sus vidas reproduciendo, curiosamente, el mismo status que sus padres. Justo lo que dice la teoría.

En conclusión, ser rico no es una cuestión de actitud, trabajo o buena gestión de tu economía. Está escrito, es más mecánico de lo que crees y demuestran los estudios que solo tienes un 5% de posibilidades de mejorar.

A los incrédulos: Estos son ejemplos sin matices y muy a groso modo. La realidad siempre está llena de dobleces, imprevistos y factores psicológicos que pueden dar al traste con esta y cualquier teoría, todo depende del empeño que tenga uno en esa absurda manía de querer relativizar. Lo acepto, pero siempre he considerado que en la vida es mucho más útil  generalizar.

Y dicho esto: ¿habéis calculado ya cuándo empezaréis a ser ricos?

A mi me queda mucho, pero llegado ese día nos vemos en Hipercor...










2 comentarios:

  1. Muy buen análisis de la realidad económica, de acuerdo contigo.

    Muy chula esta entrada,un beso

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  2. Me acabas de joder el día porque mi padre es tan pobre que no sale ni en las estadísticas, debajo del umbral de pobreza ya no se registran más niveles. Leí una vez que solo tienes suficiente dinero cuando no tienes a nadie que te de órdenes.
    Si algún día despertaramos y nos dieramos cuenta del monumental sacrificio económico que nos cuesta tener un techo donde refugiarnos habría una revolución.Como bien dices ,la hipoteca nos exclaviza, y no es ninguna broma firmarla, cosa que hemos aprendido los españoles a palos. Te felicito por el artículo.

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