NO TE ENGAÑES...

Eres menos responsable de tus éxitos y de tus fracasos de lo que crees. Así que no te hagas el digno si las cosas te van bien, ni te tortures si las cosas te van mal. Porque la vida rara vez depende de tus decisiones. Es puro azar...


sábado, 15 de octubre de 2011

Los amigos-padres

Los amigos-padres son esos señores que antes eran tus amigos pero de repente, sin avisar, y sin calibrar las consecuencias que eso pueda acarrear para vuestra amistad, cogen, van y se convierten en padres!!!! (Indignación, pesadumbre). Tú te ves obligado a seguir queriéndoles y a aparentar que todo sigue siendo igual de chachi que antes, pero no, aunque ellos intenten atenuarlo es ley de vida que cuando un amigo se convierte en amigo-padre empezará a hacer cosas raras, a tener comportamientos extraños, a mostrar intereses que te indicarán que, por mucho que lo intenten, ya nunca nada volverá a ser como antes...


Se trata de pequeños detalles, matices, cambios de los que tú como colega puedes llegar a avergonzarte incluso, y que te revelarán que, lamentándolo mucho, has perdido a un amigo para ganar un amigo-padre… que es casi lo mismo… pero no. ¿A qué sutiles cambios me refiero? A continuación:


-Los  amigos-padres, son esos señores a los que lo que más más más ilusión les hace del mundo, por encima de la bajada del Euribor, la vacuna del sida o que nunca más muera atropellado un gatito, es enseñarte una foto de su hijo disfrazado…. Lo que más.

-Nunca le cuentes nada importe a un amigo-padre. Se irá a mitad de la conversación porque ha oído un golpe y al volver advertirás en su mirada que no se acuerda de nada de lo que le habías contado.

-Los  amigos-padres se empeñan en que su hijo te llame “tío” y que te de las gracias por todo aunque el niño no sepa hablar y a ti te dé absolutamente igual.

-Cuando tú preguntas algo al niño, los que responden sus tus amigos-padres.

-Los amigos-padres llevan protección pantalla total, especial, “pediatrics”, de factor 2000 en la bolsa de la playa y no se avergüenzan de ello.

-Los amigos padres son escatológicos sin ánimo de ser graciosos, que entonces sí se entendería...

-Los amigos-padres siempre están en el médico o poniendo una lavadora. No existe otra opción. O médico o lavadora.

-No insistas, los amigos-padres nunca cogen el teléfono.

-Los amigos-padres viven muy sufridamente el caso de los niños perdidos en Córdoba, Madeleine y similares.

-Es más fácil que te toque la bonoloto que quedar de un día para otro con un amigo-padre.

-Los amigos padres siempre te invitan a comer en su casa un domingo. Únicamente en su casa y únicamente un domingo.

-Una moto de plástico abandonada en medio del pasillo es un elemento clave en toda casa de amigo-padre.

-A ese respecto, el nombre del niño en letras de madera o en una tela bordada es otro básico que no puede faltar en toda habitación de hijo de amigo-padre.

-Hay dos cosas que excitan muchísimo a un amigo-padre: una tarde libre y llevar a su hijo a la playa por primera vez. Se pueden llegar a correr...

-Los amigos-padres hacen preguntas raras y que no llevan a ningún lado cuando hablan por teléfono, tipo "¿se lo ha comido todo?" o "¿se ha acostado ya?".

-Tienes que concentrarte mucho para acordarte de todos los nombres sofisticados  de los hijos de tus amigos-padres: Noas, Martinas, Lunas, Denisses, Nicolases, Candelas, Ineses y Hugos.

 -A los amigos-padres les da una crisis de ansiedad si no tienen en el salvapantallas del ordenador una foto de sus hijos.

-Da igual donde vayan ni para volver cuándo. En el maletero del coche de tu amigo-padre siempre habrá problemas de espacio.

-Los amigos-padres hacen purés de verduras todos los días de su vida.

-En la nevera de tus amigos- padres por fuera hay un menú de colegio pegado y por dentro un tetris tamaño real hecho con tuppers llenos comidas.

-Un acto aparentemente sencillo como  subirte al coche de tu amigo-padre  para que te acerque a casa, siempre se convertirá en algo lento y aparatoso si lleva a su hijo consigo.

-Los amigos-padres son incapaces de salir a la calle sin un yogur, un  pettit suisse o un brick pequeño de zumo. Incapaces. Lo tengo comprobado.


-Y lo más grave: los amigos-padres saben perfectamente quién vive en la piña debajo del mar...



Pero los amigos-padres sí tienen una cosa buena y es que no se ofenden con facilidad ni aun leyendo este post, porque todos ellos, todos, ufanos y presuntuosos, poseen una frase que, a sabiendas de implacable, esgrimen a su favor para callarte la boca sin ningún tipo de piedad: "cuando tú seas padre lo entenderás…".

Y aun reconociendo que tienen toda la razón del mundo, prefiero hacerme la chula, negar la evidencia y desafiarles: bueno… eso está por demostrar…



(A mis ex amigos, ahora amigos-padres. Vosotros antes molabais... aunque os quiero igual).





jueves, 15 de septiembre de 2011

Cómo saber si de mayor vas a ser rico…

Hola amigos, antes de emocionaros con el titular de esta entrada solo quiero comentaros que no os flipéis, en los tiempos que corren, con los recortes en subvenciones, pensiones, concesión de hipotecas, créditos y la imposibilidad de vender pisos más caros de lo que nos costaron (la fuente de riqueza real que nos mantuvo engañados en una falsa sensación de opulencia durante tantos años) si ahora mismo no sois ricos, lo que se dice multimillonarios, ya no lo vais a ser…  

Nos espera un futuro económico de mierda, al fin y al cabo el que nos merecemos por basar nuestra economía en el precio inflado de nuestros pisos que nos permitieron hace 10 años poder tener grandes casas, grandes vacaciones, grandes segundas residencias y grandes sensaciones de  “si me va mal vendo el piso y me saco una pasta,  con lo cual voy a pulirme todo lo que tengo”.  Gran  burbuja inmobiliaria que, aunque ahora nos quejemos no sin razón, todos utilizamos y aprovechamos y en ese momento, cuando nos daban por nuestro piso el doble de lo que nos costó, nadie se quejó y sé de muchos que lo aprovecharon….


En fin, hace diez años no había necesidad de ahorrar, porque los bienes inmobiliarios eran una garantía de dinero líquido, rápido, contante y sonante a cambio de esfuerzo cero. Moraleja: aun ganando una mierda, lo mismo que ahora,  nos sentíamos ricos y encima creíamos que teníamos derecho a ello.

Y no solo eso, nuestros padres se habían esforzado por darnos la carrera y el nivel educativo que ellos no tuvieron, por lo que debíamos vivir mejor que ellos para demostrar que había valido la pena su esfuerzo.  Nosotros éramos los hijos de la riqueza y el progreso, no se podía concebir que no tuviéramos un buen puesto, que no viviéramos en una casa estupenda o que no tuviéramos la posibilidad de irnos de viaje siempre que nos placiera para sentir que nuestras ocho horas en una oficina tenían una recompensa traducible en “vivencias y emociones” (que de todos es sabido  que conocer otros mundos te da caché y sensación de que sabes aprovechar la vida….).En conclusión: nos enseñaron a vivir bien y a sentir que era lo normal, lo que siempre había sucedido, lo natural.

 
Pero no me desvío del tema que estáis aquí para saber si de mayor vais a ser ricos.

Independientemente del devenir de nuestra economía, os voy a hacer partícipes de una comprobación que llevo auto- elaborando bastantes años y que os abrirá los ojos respecto a vuestro futuro económico. Sí amigos, dentro de breves minutos sabréis a ciencia cierta si os queda poco para ser ricos o estaréis el resto de vuestra vida haciendo la compra mensual en Mercadona bajo pretexto de la relación calidad/precio (algo indiscutible por otro lado) y eligiendo vuestros destinos de fin de semana en función de las ofertas de Ryanair y no de vuestro deseo real.


Y como sé que habéis vuelto de vacaciones y todos estaréis reestructurando vuestra vida en función de nuevos gastos, nuevos proyectos laborales, y nuevas formas de ahorro os voy a simplificar la vida, porque saber si vas a ser rico o no está escrito y cumple unas sencillas reglas que  en nada tienen que ver con tu inteligencia, tu trabajo, tu nómina o la gestión de tu vida, haciendo gala “asín”, y una vez más,  del leiv motiv de este blog: que en tu vida la mayoría de las cosas que tienes, eres o consigues dependen menos de ti de lo que piensas. Son puro azar…


Mi análisis parte de una ley socio-económica (contrastada y real) que me dejó marcada cuando la leí: durante toda la historia se ha demostrado que solo un 5% de la población logra ascender de clase social respecto a sus padres. El 95% restante reproducirá la clase social de sus padres inevitablemente y haga lo que haga.

Es decir, si tus padres son ricos, da igual que no estudies, que seas un gañán, que te echen de todos los trabajos por inepto…acabarás siendo rico (esto es muy obvio por otro lado). Pero lo interesante viene a continuación: Si tus padres son de clase media da igual que te den estudios, que se hayan sacrificado por darte una carrera y que llegues a jefe de tu empresa…acabarás siendo clase media. Si tus padres son pobres, da igual que consigas un puestazo en PriceWatherhouseCoopers (esque me encanta este nombre), acabarás siendo pobre. Y es que las clases sociales se reproducen y solo tienes un 5% de posibilidades de vivir mejor  de lo que vivieron tus padres, independientemente de tus logros laborales. Está demostrado.

Claro que ahora diréis: pues yo vivo mejor que mis padres, ellos no tuvieron para comer, o, pues yo vivo mejor que mis padres, ellos no tuvieron estudios, o, mis padres nunca salieron de su pueblo, yo he podido ver mundo, vivo mejor que ellos. Aparcad ese pensamiento pecaminoso. Una cosa es la calidad de vida adquirida con el paso de los años (inherente al progreso de la sociedad y el desarrollo tecnológico y social) y otra la clase social a la que pertenezcas, tema que aquí nos ocupa. Además, ¿estáis seguros de que vivimos mejor que nuestros padres? Ellos pudieron sacar adelante a sus hijos (número indeterminado y siempre plural) trabajando solo un miembro de la unidad familiar (o dos siendo este último a modo de apoyo, no de subsistencia).  Sin embargo ahora no solo contentos con trabajar ambos miembros para poder subsistir sin precariedad, hay que calcular a cuántos hijos se puede aspirar, que una mala previsión en este asunto podría suponer una catástrofe económica…

Pero a lo que voy. Está demostrado que estamos condenados a reproducir la clase social de nuestros padres y por mucho que os esforcéis, así será. Os lo voy a demostrar.

Lo primero de todo es identificar ¿qué es ser rico?

Seamos sensatos. Ser rico, en los tiempos que corren, no es otra cosa que tener el dinero suficiente como para no vivir agobiado nunca más a fin de mes y poder comer, viajar, comprar caprichos, y hacer frente a imprevistos... el resto de tu vida. ¿Y cuando se consigue eso? Muy fácil: cuando no tienes que pagar una hipoteca.

Esa es la cruda realidad. Por eso el sueño de todos nosotros es terminar de pagar la hipoteca, para sentirnos libres, porque seamos sinceros, sin una casa que pagar casi podríamos hacer lo que nos diera la gana en la vida.  Porque comer, salir, fumar, beber, viajar es relativamente barato. Todos podríamos hacerlo con un sueldo medio de dependiente del Zara. Lo que nos exige tener un trabajo con cierta enjundia económica es pagar un sitio donde vivir (sea hipoteca o alquiler). De hecho  es posible que tu presupuesto en comer, salir, fumar, beber, viajar (todo junto) sea el mismo o menor que el destinado a pagar una vivienda.

 
Por tanto, ser rico el resto de tu vida es estar libre de hipoteca. Sí amigos, llegados a ese punto, da igual lo que ganes, cuando no tienes que pagar una casa, siempre es suficiente…


La clave es cuándo llegará ese momento… y aquí llega lo interesante del asunto. Si estáis acojonados porque tenéis hipoteca hasta los 70 años, tranquilos. Estadísticamente un tanto por ciento bajísimo de las hipotecas llegan a cumplir sus plazos con el banco. Todas se amortizan con anterioridad a causa de un factor con el que no contáis y es la clave de vuestra economía, aún sin saberlo: las herencias.

¿Sabéis que la mayoría de españoles zanjan su hipoteca alrededor de los 50 años gracias a las herencias recibidas? Es muy muy improbable que llegues a los 70 pagando una hipoteca…a no ser que tus padres sean pobres y no te dejen nada o muy poco…

Por tanto la clase social de nuestros padres, su condición económica, su patrimonio, su potencial herencia, marcará de una manera inconsciente tu forma de vivir la vida y por tanto tu adhesión a uno u otro grupo social, independientemente de lo que ganes.

Ejemplo: Con un mismo sueldo, pongamos un puesto de cargo intermedio de 2500 euros al mes, tres personas se compran la misma casa con una letra mensual de 600 euros. Aparentemente mismo gasto, mismo compromiso económico, misma calidad de vida, misma clase social… ¿¿de verdad?? Pues la realidad dice que no.

El hijo de rico: sus padres le ayudarán con la entrada. Eso es así, siempre se hace y les reducirá sustancialmente la letra y los años a pagar. Ante una mala racha económica el hijo de rico se molesta pero no se preocupa (sabe que sus padres en el fondo le pueden ayudar). Asume, inconscientemente quizás, que la herencia algún día llegará, de modo que no hay una necesidad “fehaciente” de ahorrar. Por tanto todo su sueldo, tras pagar la letra ya reducida de la hipoteca,  puede ir destinado a disfrutar. Mantendrá por tanto un alto nivel de vida. Vida de rico. Conclusión: con un sueldo normalito vive como dios porque no tiene reparo en gastar, tiene el futuro asegurado...

El hijo de clase media: sus padres le regalarán el aire acondicionado y la reforma de la cocina, no más. Ante una mala racha económica le joderá enormemente pero podrá recurrir a sus padres, que tienen poco, pero se lo darán.  Sabe que su herencia será poca, pero la justa para cancelar la hipoteca, aunque sea a los 50, pero llegará… Y a partir de ese día ¡a disfrutar!  Su noción será “ahorro por lo que pueda pasar, pero no como algo vital”. De su sueldo, la mitad irá destinado a disfrutar y la otra mitad a ahorrar. Mantendrá un nivel de vida cómoda pero sin excesos. Vida de clase media. Conclusión: aun con el mismo sueldo que el hijo de rico se verá obligado a “equilibrar” gastos  por lo que pueda pasar, por lo menos hasta que cancele su hipoteca a los 50 que entonces ya sí empezará a ser rico.

El hijo de pobre: se comprará el mismo piso sin ayudas, entradas, avales, ni regalos para mejorar su calidad de vida.  Ante una mala racha económica perderá lo poco que tiene y después se acojonará (no tiene a quién recurrir, nadie le puede ayudar). Sabe que su herencia será poca, nula o deudas, realmente tendrá que hacer frente a su hipoteca hasta el final.  Se verá obligado escatimar todo lo posible porque su futuro es incierto y no se puede permitir desperdiciar. Se pasará toda su vida “angustiado” por lo que pueda pasar… Conclusión: con el mismo sueldo que el hijo de rico, o el de clase media, mantendrá un nivel de vida inferior porque tendrá que limitarse a la hora de gastar…  Pagará su hipoteca hasta el final de sus días, pues antes no la podrá amortizar. Por tanto, aún con el mismo sueldo, será siempre pobre, hasta los 70, a punto de morir, que por fin podrá disfrutar...

Queda demostrado por tanto que con el mismo sueldo tres personas vivirán de forma distinta sus vidas reproduciendo, curiosamente, el mismo status que sus padres. Justo lo que dice la teoría.

En conclusión, ser rico no es una cuestión de actitud, trabajo o buena gestión de tu economía. Está escrito, es más mecánico de lo que crees y demuestran los estudios que solo tienes un 5% de posibilidades de mejorar.

A los incrédulos: Estos son ejemplos sin matices y muy a groso modo. La realidad siempre está llena de dobleces, imprevistos y factores psicológicos que pueden dar al traste con esta y cualquier teoría, todo depende del empeño que tenga uno en esa absurda manía de querer relativizar. Lo acepto, pero siempre he considerado que en la vida es mucho más útil  generalizar.

Y dicho esto: ¿habéis calculado ya cuándo empezaréis a ser ricos?

A mi me queda mucho, pero llegado ese día nos vemos en Hipercor...










martes, 28 de junio de 2011

Cosas que he vendido por internet:

El Segundamano es un sitio apasionante donde sacarte un dinero a fin de mes vendiendo cosas en buen estado pero que ya no utilizas. Las más de 9 mudanzas que he hecho en mi vida me han convertido en una mujer eminentemente pragmática que vive con lo estrictamente necesario para ser feliz, o sea, dinero. Sí, amigos, ese es el único bien que tiene sentido acumular. 

Guardar te hace esclavo. Y no me refiero solo a elementos materiales. Un recuerdo, una emoción, una forma de hacer el amor… si forma parte de tu pasado pero te empeñas en guardarla, incontrolablemente formará parte de su presente y supondrá un pequeño referente que te evitará avanzar, pues cuando haya algo nuevo que pueda ocupar su lugar, al tener lo antiguo presente dado que lo has guardado, tenderás a la comparación, al análisis, a la calibración, y ese recuerdo, por bonito que sea, retardará la incorporación de cualquier otro, dado que primero hay que deshacerse de él. Y eso lleva tiempo y esfuerzo. No interesa. 


Y si pasa eso con algo intangible, imaginaos con algo que realmente ocupa lugar... Por eso cada mes hago repaso en mi hogar y me deshago de aquello que no utilizo y ocupa sitio, independientemente del valor y la vida útil que tenga. Y estoy hablando ahora de lo estrictamente material. He aprendido que guardar cosas que no utilizas aunque estén en buen estado, aunque las puedas necesitar el día de mañana, es un absurdo, porque en el mañana no te tiene porqué gustar lo que hoy te vuelve loco y si resulta que sí, seguramente en las tiendas lo encuentres más moderno y actualizado. Y además, hay cosa que dé más gusto que estrenar!! Por qué nos vamos a privar de ese placer!!



Por eso desde hace años me dedico a una afición que me apasiona de manera indescriptible y es vender todo aquello que no uso pero que es usable por otras personas y así, además, me saco un sueldo extra a fin de mes (motivación real de mi comportamiento).


Mis amigos a veces me piden consejo para vender sus propiedades dado el éxito de mis ventas. Yo les revelo la clave de mi éxito: no ser ambicioso. Hay que vender el producto por menos de la mitad de lo que te costó. Abstenerse personas que sobrevaloran sus pertenencias por el hecho de ser suyas: “esta nevera me costó 600 y está como nueva, casi no la he utilizado. Por menos de 400 no la vendo”. Error. Nunca la venderás. Precio de venta recomendada para el éxito: 250 (menos de la mitad de lo que te costó). 


La argumentación es muy fácil: ¿tú comprarías una nevera a un extraño por 400, sabiendo que en la tienda está a 600 y te dan garantía y te la llevan a casa?. Piensa en lo que tú gastarías, no en lo que crees que vale. No ser ambicioso, esa es la clave. Porque la otra opción es tener la nevera cogiendo polvo y al final, desesperado, se la acabarás regalando a tu cuñado para el chalet del pueblo, sin ser esa tu intención, con tal de que te la quiete de en medio. Conclusión: has perdido 250 euros por listo. Para vender, como para el éxito en la vida, no hay que tener orgullo…


Hay amigos que no entienden mi actitud. Incluso me consideran huraña dadas mis artes comerciales y mi afán por vender hasta el objeto más miserable. No me lo dicen pero sé que lo piensan. Curiosamente yo considero que los huraños son ellos que guardan para el mañana para no tener que volver a gastar o que piden cifras desorbitadas por sus bienes, o peor aún, te piden ayuda en sus mudanzas porque tienen demasiadas cosas, demasiadas cajas, y ¡ya sabes! ¡los amigos están para estas cosas! (algún día dedicaré un post a este indignante asunto de los amigos que te piden ayuda para las mudanzas).


Yo vendo barato. Muy barato. Tan barato que a veces me intentan picar con un: pues para sacarte 20 euros me lo podías regalar (haciéndome sentir así mala persona por no ser generosa). Mi respuesta es: vale, ¿lo necesitas de verdad? –No –Entonces prefiero venderlo a alguien desconocido que sí lo necesita y va a preferir gastarte 20 euros en una botas de esquí que no 100 en una tienda. 


Además, la cosa cambia si te dedicas a ello de manera profesional, como es mi caso. Os hago una lista de todo lo que he vendido por el Segundamano en mis ratos libres el último año. Pongo, producto, motivo de venta y precio. Todo real como la vida misma:
 

-Una moto (que a su vez compré en el Segundamano). 150 euros.
 

-Una videoconsola. Le tocó a la novia de mi hermano en un sorteo del banco. 120 euros. (Comisión 20).
 

-Un chaleco verde. Me lo puse una vez y no me convencía.10 euros.
 

-Una cazadora de Berska de temporada. En la tienda me quedaba bien, en casa no. 20 euros.
 

-Un espejo de maquillaje. Me lo compré por internet y era más grande y aparatoso de lo que parecía en la foto. 10 euros.
 

-Un kit de blanqueamiento dental usado y a punto de caducar (este es mi mayor logro porque el cliente conocía las características del producto y aún así lo quiso). Motivo: prefiero no dar explicaciones… 25 euros.
 

-Una jaula de hámster. Motivo mudanza.20 euros.
 

-Una cama japonesa. Era de un amigo, se la vendí bajo comisión. 350 euros. (Comisión 30 euros).
 

-Un somier. Pasé de cama de 90 a una de 150. 40 euros.
 

-Unas zapatillas de trekking. Me fui a Noruega con ellas pero no las utilicé. 30 euros.
 

-Mi portátil, porque me compré otro con más capacidad. 100 euros.
 

-Un armario de Ikea+ mesa de escritorio de regalo. Mudanza. 40 euros.
 

-Cazadora de piel de Berska porque luego encontré otra que me gustaba más y ya había tirado el ticket. 25 euros.
 

-Un dvd portátil de los buenos. No lo utilizaba nunca. 60 euros.
 

-Mi mini cadena Aiwa. Ya no escucho música en las mini cadenas. 25 euros.
 

-Microondas. Mudanza. 25 euros.
 

-3 mesas de ikea LACK. 20 euros + 10 por llevárselas a la compradora a su casa y subirlas. Total: 30 euros.
 

-Un bolso imitación líneas aéreas de los 70. En la tienda molaba, en casa no. 15 euros.
 

-Unas mazas de malabarista. 20 euros. Se las vendí a amigo pero sin comisión.
 

-Botas de ski. Dejé de practicar skí. 20 euros.
 

-Mi cámara de fotos Canon, por pasar a un modelo superior. 30 euros.
 

-Mi Ipod Nano. Tenía el Classic y compré el Nano en un arrebato en N. York. No tiene sentido tener dos ipod. 50 euros.

-Consola Nintendo DS. Fue un regalo de mi ex-novio pero me aburrían los juegos que tenía...y a él también. 50 euros (previo consentimiento y reparto de los beneficios).
 

-Unas deportivas doradas súper in. En la tienda molaban, en casa no. 20 euros.
 

-Cazadora de piel de una buena peletería. En espejo de tienda quedaba bien, en casa no. 50 euros.
 

Todo esto hace un total de 815 euros más la satisfacción de no tener trastos en casa. Llamadme lianta, judía, pesetera, ruin, pero en el último año me he levantado 815 euros libres de impuestos y vosotros no. Aparte de la satisfacción de saber que pase lo que pase en mi vida todas mis pertenencias importantes caben en mi coche. Y eso me hace sentir libre...
 

-Por cierto, en la actualidad vendo dos torres de cd´s de IKEA (7 euros) y una cazadora vaquera a estrenar de Blanco talla M (10 euros). Por si estáis interesados…
 

http://www.segundamano.es/madrid/2-torres-para-cd-de-ikea/a25442559/
 

http://www.segundamano.es/madrid/cazadora-vaquera-de-blanco-a-estrenar-m-s/a26304233/
 


Hay cosas en la vida que el dinero no puede comprar. Afortunadamente son pocas.





domingo, 12 de junio de 2011

¡Quiero molar!

Cuando cumples 30 años pasan cosas muy dramáticas en tu vida. La más dura de sobrellevar para ellas es la caída de los pechos y para ellos la inminente caída del pelo, la incipiente tripa o ambas. Eso es así, no tiene retorno, lo sabes, lo adviertes, te jode y lo sufres en silencio. En silencio digo porque esas cosas no se comentan en sociedad. Ser treintañero y mostrar complejos es súper poco in, y a nuestras edades, donde aparentar en la clave de nuestro éxito, no te puedes permitir un desliz en autoestima.

Pero sí amigos, cuando cumples 30 dejas de molar…

Es entonces cuando inconscientemente, o no, empiezas a hacer cosas raras, a cambiar tus hábitos, y te sorprendes a ti mismo cultivando tu mente, tu intelectualidad, tu físico, con el único fin de seguir resultando interesante, de tener una vida cargada de inquietudes, de ser un treintañero súper moderno, súper maduro y súper molón, que quizá no tenga el vigor de cuando tenía 20, pero está mucho mejor porque ahora sabe lo que quiere. De esos que ellos creen que queremos como novios y de esas que ellas creen que ellos quieren como amantes, en ese punto de tu vida en el que sabes que ya nunca más te van a querer por tu cuerpo (o no solo por tu cuerpo).

Pero tranquilos, ser treintañero no está reñido con seguir siendo guay. Llevo dos semanas haciendo estudio de campo para ayudaros si habéis cumplido treinta e irremediablemente habéis caído en depresión. Tras mucho observar y catalogar mi entorno, os traigo un listado que debéis seguir a rajatabla si lo que queréis es manteneros en popularidad. Son “Cosas que tienes que hacer si quieres ser un treintañero interesante y molón”:

-beber Gin Tonic (esta es la más importante, la fundamental, el punto de partida)

-aludir a tu novi@ como “mi chic@”

-organizar una barbacoa para los colegas donde siempre sobre carne

-tener una idea buenísima para un corto

-seguir una serie en seriesyonkis.com

-tener un amigo con un hijo adoptado o en trámites

-saberte de memoria las gracietas de “Amanece que no es poco”

-comprarte unos vaqueros de más de cien euros

-tener tónica Schweppes casa

-pedir carpaccio en los restaurantes

-conocer el Teatro Alfil

-tener en mente un viaje a Japón 

-estar más de dos horas merodeando en el Fnac

-aspirar a comprarte un ático el día de mañana

-escuchar a Jiménez Losantos porque aunque es un fascista te hace reír

-escribir msn´s sin abreviaturas, con acentos, con saludos y despedidas a l@s churris para demostrar que eres un tipo elegante

-diferenciar sin problemas la calle Barco de la calle Barquillo

-admirar a Kiko Rivera Pantoja por el simple hecho de ser feo pero enrollao

-comparar precios de las cosas que quieres comprar por internet antes de ir a la tienda porque a ti a avispao no te gana nadie

-tener una opinión forjada sobre el cine de Woody Allen

-decir de un hijo de puta que en el fondo es una buena persona porque tú sí que sabes ver en el trasfondo de la gente

-decir que no te cambiarías por tu jefe porque prefieres cobrar menos pero estar tranquilo

-tener una Vespa, querer tenerla o haberla tenido

-conocer un garito súper chulo donde hacen unos mojitos increíbles

-que dicho garito esté escondido en una callejuela de Malasaña o La Latina

-hacer la gracia de que dos lesbianas te ponen pero dos maricones no

-saber de dónde viene la frase “aiva, que chorrazo”

-improvisar una cena pasando por el Opencor sin pensar en el bolsillo, porque tú tienes clase para eso y para más

-tener la fantasía de ir a un local de intercambio de parejas

-barajar en secreto la posibilidad de hacerte un blanqueamiento dental

-sorprender a tu pareja con una obra de teatro de atrapalo. com, como si fuera el planazo del siglo

-usar Mostaza de Dijon en tus platos porque aunque es muy fuerte, mola el bote, el color y fonetizar “Dijón” con acento francés

-decir que no cambias tu “cajita de cerillas” en el centro por el chalet de tu amigo en Algete 

-volver de fiesta en taxi so pretexto de que si trabajas es para darte estos pequeños caprichos

-opinar indignado que en España no  hay cultura de alquiler pero en el resto de Europa sí y así nos va

-utilizar el término “perroflauta” como de toda la vida, aunque solo lleve unos meses en activo

-colocar en el salón una foto con tu chic@ de algún viaje donde se vea pobreza, desierto o niños negros alrededor

-poseer un libro tipo “las  1001 películas que debes ver antes de morir” y tenerlo bien posicionado en la estantería para ser visualizado desde cualquier ángulo

-viajar a cualquier destino, aun sin hacerte especial ilusión, solo para aprovechar los buenos precios de Ryanair.com, y luego comentar en el trabajo lo barato que te ha salido

-decir que eres capaz de dormir en un camping y al día siguiente en un buen hotel 

-no actualizar Facebook y no colgar fotos, porque tú no necesitas exhibirte, pero sí cotilleas lo de los demás

-ser amante incomprendido y solitario de la bossa-nova, el fado, los musicales, o los ritmos aborígenes de África, tras venir de un viaje por sus tierras originarias

-tener colgado en casa un cuadro o una manualidad de tu madre o de tu abuela

-cocinar kitsch cuando tienes que llevar algo a una fiesta

-seguir comprando cd´s por una cuestión nostálgica y de principios

-saber exactamente a que me refiero y reírte de antemano si hago referencia a: “contigo no, bicho”, “sole, que te meto con el mechero” o “la socorrista tóxica”

-practicar Pilates como deporte súper completo, aunque cueste más que todo tu presupuesto en comida para el mes

-alquilar un local para celebrar tu cumpleaños y mandar una invitación con montaje fotográfico cómico para invitar al personal

-viajar a Australia como sueño de tu vida

-llevar alguna prenda que te compraste tirada de precio en Nueva York

-fumarte un porrito, pero solo de vez en cuando y por las noches antes de irte a dormir

-tener una anécdota buenísima de un día que ibas pedo, te paró la policía, te miró, sospechó, pero al final no te hizo soplar


-y por supuesto, ante todo y sobre todo cuando cumples 30 y quieres molar, es fundamental tener un blog desde el que sentir que tienes cosas que contarle al mundo porque en definitiva, aparte de creativo, enrollado, bueno en el sexo, amigo de tus amigos, defensor de la sinceridad, amante de los viajes, de un buen libro y de una buena conversación, eres guay.

Los que me conocéis sabréis que mi único ansia en la vida, aparte del dinero y estar morena, es molar lo que más. Por eso os presento “puro azar”. Un lugar desde el que relativizar tu vida con ironía y teorías, en absoluto contrastadas, que te ayudarán a no tomarte en serio y vivir tu mierda de vida de una manera más feliz. Comenzamos… 


(Y sí, si trabajas más de 8 horas al día y cobras menos de 3000 limpios y en 14 pagas, tienes una mierda de vida. Vamos a ir asumiéndolo).